Uremia
Sintomas de la Uremia
Esta enfermedad es realmente un envenenamiento orgánico a causa de la urea y otras sustancias anómalas retenidas en el organismo al no poder ser expulsadas por los riñones.
Hay pérdida de apetito, lengua muy sucia, tal vez llagas bucales, encias sangrantes, pulso lento, pupilas semicerradas… En este caso no hay que cortar los vómitos, favoreciendo las diarreas, puesto que estas defensas ayudan a eliminar las sustancias tóxicas.
Cuando se comprueba la existencia de la uremia, el enfermo deberá guardar un reposo absoluto en cama, no administrándolo más que una solución de lactosa (100 gramos ) en 1 litro de agua, de la que el paciente beberá la mayor cantidad posible. Acto seguido, se impone llamar al médico con urgencia.
Cuando se produzca la deseada mejoría, se darán en forma progresiva, caldos vegetales, zumos frutales y purés de verdura, prescindiendo por completo de huevos, legumbres secas, setas o quesos.
Al momento de sospecharse la uremia se administrará al atacado un purgante enérgico. Los mejores diuréticos en estos casos son las infusiones concentradas de estigmas de maíz, hojas de abedul, caldo de alcachofas hervidas junto con apio, etc..
Hay que provocar abundantemente sudor, envolviendo el cuerpo, con cabeza y brazos, aplicando botellas calientes.
Naturalmente, debido a la importancia de esta enfermedad es imprecindible avisar al médico lo antes posible.